Si bien los números no son muy llamativos para algunos, las estadísticas son fundamentales para la vida en sociedad. Sin ellas no es posible establecer acciones estructurales para el desarrollo de un país y hacer un control sobre su efectividad, lo que se convierte en caldo de cultivo para la corrupción y la informalidad.

El problema de no contar con estadísticas o tenerlas, pero de baja calidad, es absolutamente grave. Es como guiar un barco sin contar con brújula: el resultado es incierto, por decir lo menos. Colombia es uno de los países con mayor proliferación de normas, cuya efectividad medida por el impacto que generan en la sociedad, es ampliamente cuestionable. Según DNP, por lo menos 63 entidades de diverso orden en el país están expidiendo regulación diaria, lo cual está matando el sistema de competitividad. Lo peor, es que buena parte de esa regulación presenta problemas para su aplicación.

Por ello, en buena hora el país creó el Sistema Estadístico Nacional para contar con buenas cifras, con base en estándares internacionales, que permitirán apoyar mejor la formulación de políticas públicas. Y lo más importante, es que un grupo interdisciplinario de instituciones públicas y privadas lo dirigirá. Se trata de una gran noticia para Colombia que pasó inadvertida.

Es un paso en el camino correcto para fortalecer las estadísticas que permitan establecer el estado de cosas en diversos campos para conocernos de manera más profunda. Por ejemplo, ¿sabía usted que Colombia cuenta con 45 mil especies de plantas? ¿Qué el nuestro es el segundo país de Latinoamérica con mayor flujo de emigrantes? ¿O que tiene el penoso récord de ser la nación con mayor desplazamiento forzado en el mundo?
Cuánto sirven, entonces, las estadísticas para construir políticas en materia de medioambiente, salud, seguridad, fomento al deporte, educación, mejoramiento en la productividad o turismo –en donde contamos con 4,4 millones de visitantes al año, mientras que Chile recibe 5,6 millones y México 32 millones–.

Se busca evitar la duplicidad de esfuerzos y la proliferación de ‘números’ que no cumplan con criterios mínimos de calidad, o tener estadísticas que son verdaderos dinosaurios porque no agregan valor, algo infortunadamente muy conocido en Colombia.

El país cuenta con 476 operaciones estadísticas identificadas, en 107 entidades del orden nacional, de las cuales solo 141 tienen evaluación de calidad. Además, hay 186 demandas de información no satisfechas de tipo económico, sociodemográfico y ambiental.

Contar con estadísticas que cumplan con atributos de calidad y coherencia es fundamental para garantizar la eficiencia en la formulación, implementación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas. Además, permiten la comparabilidad internacional y la identificación de áreas puntuales en las que debemos trabajar para mejorar el desempeño y competitividad frente a otras economías. Por lo tanto, constituyen un insumo indispensable para el desarrollo económico y social del país.

Resalto este gran compromiso de país, que contribuirá a los procesos de transparencia y lucha contra la corrupción, entre otros. Así, por ejemplo, se quitará oxígeno al fenómeno de la informalidad, principal fuente de la corrupción. Finalmente, lo que se busca es mejorar la calidad de vida de todos, ya que permite conocer, en un grado mucho más profundo, a nuestra sociedad. Por eso, hay que decir, pese a que sean el ‘coco’ para muchos, ¡que vivan los números!

Julián Domínguez Rivera
Presidente de Confecámaras