El 2021 nos recibe con un aumento de los casos de Covid-19 en el país, consistente con lo que viene ocurriendo en Estados Unidos y Europa, en donde se vienen presentando nuevos picos de la pandemia, con un infortunado costo en vidas humanas, si bien el inicio de la vacunación arroja esperanzas sobre la moderación de sus efectos en los próximos meses.

Pero más allá de lamentarnos por el estado de cosas que llevó a un aumento récord de los casos, es fundamental en este momento actuar con cabeza fría frente a las medidas a tomar para proteger la ciudadanía y evitar un colapso del sistema de salud.

Es clave aprender de lo aprendido durante el 2020 en el manejo de la pandemia, para evitar la intensificación de los graves daños sociales y económicos que produjo el cierre de la economía, porque no es el comercio formal el causante del incremento de los casos de Covid-19, pero sí el principal perjudicado con los cierres: se calcula un potencial de 1’074.903 empresas que se afectarían en todo el país, 97% de las cuales son micros y pequeñas, la cuales generan un total de 4.896.921 empleos.

Igualmente, se afectaría el Índice de Confianza del Consumidor, que en diciembre se recuperó 3,2 puntos porcentuales frente a noviembre, según informó Fedesarrollo, pero que aún sigue en terreno negativo registrando un -10,4%, con todo mucho mejor que la cifra de -32,7% de julio.

La responsabilidad de las empresas con la sociedad ha sido evidente, asumiendo un gran esfuerzo por preservar los empleos que generan, a pesar de la reducción en sus ingresos, y así evitar que millones de familias en el país pierdan su sustento, lo que ocasionaría un impacto social muy profundo.

También han hecho un gran esfuerzo en el cumplimiento de los protocolos para el retorno a sus actividades productivas. Volver a cerrarlas sería nefasto para ellas, sus empleados y para el país.

Hay que identificar y aislar las cadenas de transmisión que han provocado el incremento de los casos, sin generar una incertidumbre tal que frene los procesos de planificación, inversión y producción en que se encuentra el aparato productivo formal del país.

Por ello, un reto que es fundamental para la recuperación es proteger el importante papel que cumple el empresario en el bienestar social y económico de los colombianos dado que de su reactivación y sostenibilidad depende el crecimiento de la economía.
Igualmente, avanzar de manera decidida en políticas contra cíclicas, principalmente en infraestructura, que generen empleo e irriguen recursos en la economía; en el apoyo a las empresas para proteger el empleo formal; y en la identificación y formalización de la economía informal con el objetivo de fortalecer el sector productivo.

Finalmente, el desafío más grande que tiene el país es el pronto acceso a la vacuna de los grupos poblacionales priorizados.

Mientras tanto, es decisivo el compromiso de cada ciudadano con las medidas de bioseguridad en los entornos familiares y sociales para evitar la propagación del virus, principal lección de estos 10 meses de pandemia, entendiendo que esta es la clave para alcanzar la ansiada normalidad durante este año.


Julián Domínguez Rivera
Presidente de Confecámaras y del Consejo Gremial Nacional.