Uno de los retos del país es fortalecer la vocación exportadora de su sector productivo a través de una oferta con valor agregado, para irrigar la economía con nuevas fuentes de recursos, generar empleo y disminuir el saldo negativo de la balanza comercial.

 Para venderle al mundo es indispensable producir bienes que satisfagan las nuevas tendencias de consumo, amigables con el medio ambiente, que generen nuevas experiencias en entretenimiento, alimentación o vestuario.

Deben ser productos de alta calidad y precios eficientes que puedan competir con la inmensa oferta, especialmente de China. Para ello, la pregunta que debemos hacernos es cómo llevar nuestras empresas a ese nivel.

Buena parte de la respuesta está en los denominados clusters, los cuales comprenden encadenamientos de empresas del mismo sector o complementarias que, en conjunto con centros de investigación, universidades y entidades de fomento empresarial, impulsan las fortalezas productivas de las regiones colombianas.

Ahora, los clusters son más eficientes para la productividad que empresas tomadas aisladamente, porque es más fácil impactar con políticas públicas y buenas prácticas del sector privado a un amplio espectro de unidades productivas que hacerlo individualmente.

De acuerdo con la Red Clúster Colombia, que lidera Confecámaras, el país cuenta con 107 iniciativas cluster en 23 departamentos, 78% de ellas gestionadas por 28 Cámaras de Comercio.

Se trata de una importante apuesta para aumentar las ventas externas y disminuir el déficit comercial del país, que en el primer semestre del año se elevó a 55,7%.

Se requiere, entonces, incrementar y sofisticar la oferta nacional hacia el mercado interno y el mundo y afianzarnos en las cadenas globales de valor y los clusters son un camino sólido en este objetivo por la fortaleza de sus encadenamientos, la complementariedad regional, su potencialidad de satisfacer necesidades o desarrollar valor agregado y su aporte a la supervivencia empresarial.

No hay que olvidar que la competitividad de un país se construye desde las regiones haciendo eficiente la plataforma desde la cual los empresarios puedan producir y sacar sus productos al mercado, a un menor costo, e impulsando sus vocaciones productivas.

En este sentido, un importante objetivo debe ser capitalizar las oportunidades del mercado latinoamericano, que en 2020 ascendía a más de 650 millones de consumidores, aprovechando las capacidades productivas de los clusters.

Estos vienen siendo gestados y fortalecidos en Colombia por las Cámaras de Comercio y entre ellos están los de energía sostenible, tecnología, construcción, turismo, moda, farmacéutico, proteína blanca, petroquímico, metalmecánico, belleza, derivados lácteos, café, cuero y gastronomía.

Es fundamental que una de las grandes líneas de política pública para promover la internacionalización y la productividad se focalice en los clusters, que agrupan a más de 240 mil empresas las cuales aportan aproximadamente el 35% del total de empleo formal del país y han sido determinantes para afrontar la crisis económica ocasionada por la pandemia.

Julián Domínguez Rivera
Presidente de Confecámaras y del Consejo Gremial Nacional