Colombia tiene un 20% de la productividad promedio de los países nórdicos, un 25% de la de Estados Unidos y un 35% de la de los países de la Ocde.

En el último informe sobre el estado de la competitividad del país, entregado por el Consejo Privado de Competitividad, se resalta que los años 2021 y 2022 han sido fundamentales en el proceso de reactivación económica de Colombia luego del rezago producido por el covid-19.

El crecimiento de 10,7% del PIB en 2021 y el esperado para el cierre de 2022 de 7,6 % superan al crecimiento de los países de la Ocde y al promedio de la región, estimados para el 2022 en 3,5% y 3,8% respectivamente.

Estos buenos resultados han permitido que el país cuente con herramientas para cerrar brechas sociales, recuperar el empleo y un mejor desempeño de algunos sectores claves en la economía.

No obstante, los indicadores agregados sobre la productividad demuestran que el país tiene aún una larga carrera por recorrer en este asunto. De acuerdo con cifras del Consejo Privado de Competitividad, Colombia tiene un 20% de la productividad promedio de los países nórdicos, un 25% de la de Estados Unidos y un 35% de la de los países de la Ocde.

En términos de crecimiento empresarial, a lo largo de los últimos 8 años el 14% de las unidades productivas que en 2013 eran microempresas crecieron lo suficiente para formar parte de una categoría de tamaño superior, completando de esta manera un proceso de movilidad exitoso.

Lo propio hicieron el 24% de empresas pequeñas y el 20% de empresas medianas. Este comportamiento es el resultado de las acciones acertadas de política pública y del apoyo de entidades como las Cámaras de Comercio. Con relación al crecimiento de la economía colombiana, en 2023 se producirá un efecto de desaceleración.

Este fenómeno está alineado con la tendencia global y se explica por la subida de tasas de interés para controlar la inflación, lo cual supone un endurecimiento de las condiciones de endeudamiento y un freno para el crédito, el consumo y la inversión.

Adicionalmente, el entorno de incertidumbre en los mercados globales implica un menor apetito por activos de riesgo de las economías emergentes.

De esta manera, Colombia pasará de crecer del 7,6% en 2022 a un 2,2% en 2023, de acuerdo con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional. Son muchos los retos que Colombia y sus empresarios enfrentarán en 2023. Por ello debemos capotear los factores económicos globales y la realidad local. De nuestra velocidad para gestionar los cambios dependerán los resultados que obtengamos.

En una charla con Luis María Huete, profesor de escuelas de negocios en Europa y el mundo, resaltaba que la velocidad de los cambios es una oportunidad única para conquistar nuevos mercados, diseñar modelos de negocio y ganar nuevos segmentos de clientes.

Ante una velocidad de cambio externa creciente, como la que estamos viviendo, es necesario responder con una velocidad de cambio interno de la misma magnitud.

Hoy más que nunca necesitamos integrar el pensamiento y la ejecución estratégica con la eficiencia interna, articular el corto con el largo plazo y apostar por culturas de colaboración edificadas en la mejora de la coordinación, la confianza y el respeto mutuo.


Julián Domínguez Rivera
Presidente de Confecámaras

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